El espectro autista es un conjunto de síndromes del desarrollo y el comportamiento que resultan de ciertas combinaciones de rasgos autistas. Aunque estos rasgos se pueden distribuir normalmente en la población, algunos individuos heredan o manifiestan más rasgos autistas. En la parte más baja y más grave del espectro se encuentra el autismo de bajo funcionamiento o autismo de Kanner, que se caracteriza por profundas discapacidades en varias áreas. En la parte más alta (menos grave) del espectro nos encontramos con el autismo de alto funcionamiento y el Síndrome de Asperger. En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR) y en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud (CIE-10), los trastornos del espectro autista (TEA) se clasifican como trastornos generalizados del desarrollo (TGD), en contraposición a los desórdenes del desarrollo específicos como la dislexia, la agrafía, la discalculia o la dispraxia.
La Psicopatología, es de tanta importancia y densidad que sencillamente no admite el ser tratado junto con otras cuestiones en los blogs temáticos de Psicología para Alumnos de la UNED que estamos editando. La Psicopatología es una asignatura muy importante como para no darse cuenta de lo inmenso que es el reto que hemos asumido. En cualquier caso la responsabilidad de lo que aquí se publique es tan solo nuestra y no del Equipo Docente de la asignatura.
viernes, 6 de abril de 2012
Autismo: Me llamo Aridia
El autismo es un síndrome que estadísticamente afecta a 4 de cada 1,000 niños; a la fecha las causas son desconocidas, aún y cuando desde hace muchos años se le reconoce como un trastorno del desarrollo.
Salvo contadas excepciones, el autismo es congénito (se tiene de nacimiento) y se manifiesta en los niños regularmente entre los 18 meses y 3 años de edad. Los primeros síntomas suelen ser: el niño pierde el habla, no ve a los ojos, pareciese que fuese sordo, tiene obsesión por los objetos o muestra total desinterés en las relaciones sociales con los demás. En algunas ocasiones puede llegar a confundirse con esquizofrenia infantil. Existen múltiples estudios genéticos que relacionan los cromosomas 5 y 15 con el autismo así como otros que buscan vincularlo con cuestiones biológicas como vacunas e intoxicación de metales. A la fecha, ninguno de estos estudios ha logrado sustentar su teoría y por lo mismo, no se puede precisar el origen mismo del síndrome.
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